viernes, 18 de junio de 2010

Dos patíbulos

¿Cómo puede una persona dormir dos horas, sabiendo que después cinco policías le van a rellenar el corazón de plomo? Pues eso es lo que ha hecho Ronnie Lee Gardner, el primer ejecutado por pena de muerte en EEUU en el siglo XXI. El tío renuncia a su última cena, duerme dos horas y elige que le metan plomo en el corazón en vez de la inyección letal porque no se fia de ésta última, por si no le mata bien. Es como un chiste de Eugenio pero de verdad.

¿Qué puede pasar por la cabeza de alguien que sabe que va a morir fusilado (por propia elección, repito) esas horas antes?
¿Qué puede pasar por la cabeza del Gobernador de Utah para rechazar la conmutación de la pena, pedida incluso por la familia de la víctima asesinada en 1985?

¿Qué pasa por la cabeza de alguien que está esperando una noticia crucial para el futuro, como si fuera un preso ante el pelotón? Sí: vives. No: mueres. Siempre anímicamente, claro.
¿Qué puede pasar por la cabeza de esa señora que como el Gobernador de Utah tiene en su poder darme la vida o quitármela por unos instantes?

Hay cosas que nunca podré entender...las últimas horas de un condenado a muerte, la pseudomoral norteamericana extremadamente reflejada en sus políticos o los pensamientos de un verdugo con puesto ejecutivo en una empresa española.

Las comparaciones son odiosas, lo sé, pero hoy me vienen al pelo.
Ronnie Lee Gardner, con la única diferencia de que tú eras un asesino y aquí el que escribe de momento no, hemos compartido patíbulo. Espero correr distinta suerte que tú. Pudrirte en la cárcel hubiera sido mucho más humillante para tí y reparador para las víctimas. Siempre he creído que la pena de muerte posibilita que escorias como tú acabéis como héroes.

Recordad: buscamos un sí. Sigo esperando. Calma chicha.

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