viernes, 11 de febrero de 2011

El noble arte de tocar los "güevos"

¡España, país de sol y tranquilidad!...

¡¡¡¡¡MIS COJONES!!!!

España, en todo caso, país de tocapelotas, corruptos, sinvergüenzas y come-mierdas que no son capaces de enfrentarse cara a cara con quien pudiendo ser su hijo le da sopas con honda mientras se conforma con el humillante rol de subordinado de un tuercebotas, trepacanchales, correliebres, mascachapas, etc.

Porque como bien dice mi suegro: "por las ideas no te pagan", porque como su ineptitud solo es vista como sublime inteligencia para sí mismo, porque de aquellos polvos vienen estos lodos...por todo ello, ¿ahora qué?

Ahora rogamos, suplicamos y pedimos un milagro a través de correveydiles para que a quien con un intento burdo de ironía, dos pizcas de soberbia y tres quintales métricos de hijoputismo, se intentó hundir, eso sí, sin saber que el intento es tan "bobo" como intentar hundir un corcho en una bañera...ahora, repito, ahora te saque las castañas del fuego, le salve el culo a la puta del rey y poder ponerte la medallita de general victorioso.

Pues "con la iglesia hemos topado, amigo Sancho", va a ser que no, que al servil vasallo se le han hinchado tanto los güevos que los tiene que llevar encima de una carretilla.

A partir de ahora las reglas no están al servicio del poder, será el pueblo el que maneje los hilos con sibilinas artes.

A alguno se le ha dado la vuelta la frase de Federico II de Prusia que dio sobrenombre al despotismo ilustrado. Ahora se dice así:

"Todo para el Rey, pero sin el Rey"

1 comentario:

  1. Es una pena pero tienes toda la razon. Supongo y espero que algun dia todo cambie, o al menos cambiemos de verdugo.

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