jueves, 2 de diciembre de 2010

Sin control

Hacía tiempo que no me sentía bien, tan bien.
Hasta las cejas de curro, del pagado y del no pagado, pero aun así estoy cómodo.
La adrenalina se dispara, la sangre corre muy rápido, tanto que casi puedo sentirla. Por fin tengo la sensación de tener cosas que perder y eso me hace tener cuidado, hacer las cosas lo mejor que puedo.
Ahora sólo tengo el 50% del mango de la sartén bajo mi control.

De repente cualquier tontería es un mundo y cualquier mundo es una tontería.

Para mí, lo realmente importante ha sido tener por fin esa sensación de no controlar la situación, saber que si no cuido el botín, lo puedo perder.

Me gusta perder el control y no necesitar llevar las riendas de nada.
A veces va solo.

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